Ese día se tomaban fotos a una formación que dibujaba la palabra Coca Cola, asistían a conferencias impartidas por ejecutivos de Coca Cola, durante esas clases aprendían de los existente y que fuera negro y con burbujas. Era el paraíso de la marca. Hasta que aparecío un alumno con una camiseta con el logo de la Pepsi. Era Mike Cameron, un estudiante de 19 años y que fue advertido por la directora en su “criminal delito” que fue definido como un intolerable y censurable acto de provocación. Mike fue suspendido de inmediato como castigo por su culpa.
“Sé que puede parecer que un escolar sea castigado por llevar una camiseta de la Pepsi en el Día de la Coca Cola”, explicó la directora, Gloria Hamilton. “Hubiera sido aceptable de estar solo entre nosotros, pero se hallaba presente el presidente regional de Coca-Cola y algunas personas habían venido en avión desde Atlanta para hacernos el honor de hablar en nombre de nuestros promotores. Y los estudiantes sabían que teníamos invitados”
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